Cine y robots. Se han hecho tantas películas sobre Inteligencia Artificial y robots. ¿Por qué? ¿Tan fotogénicos son lor robots y las máquinas? Obviamente se hacen porque se venden (unas mejor que otras). Y se venden porque a la gente que vamos a verlas nos fascina que nos enseñen cómo sería un mundo con la presencia de estas máquinas (con perdón, sin ninguna intención de ofender a ninguna). Pues bien, ¿cómo sería un mundo con robots? Digamos que a la vista de las peículas, bastante problemático. En casi todas (no generalicemos porque eso está muy feo) a los robots les da por rebelarse e intentar arrebatar el control del mundo a los humanos. La verdad que los robots están bastante estigmatizados en el cine. Las tres películas que vi durante el fin de semana no son una excepción.
Eva, que es la primera que vi, ha sido etiquetada como la primera película española de robots. Vaya atrevimiento, vaya responsabilidad ser el primero en algo. Ya lo dijo su director en la recogida del Goya al mejor director novel y dirigiéndose a su abuelo para hacerle ver cómo había cambiado España, que hasta se hacían películas de robots ahora. Es raro que Narciso Ibáñez Serrador no hiciera ninguna ¿no? Le pega bastante. En fin, Eva tiene una producción cuidadísima. No sólo por los efectos especiales muy conseguidos. También por una ambientación en una nevada ciudad, una fotografía que sabe dar calidez y frialdad cuando se necesitan, un vestuario muy bien elegido (tengo que decir que me encantaron los jerseys que lleva Daniel Brülh y Claudia Vegas), una música que reforzaba la atmósfera misteriosa y futurista de la película. Los actores lo hacen fenomenal, sobretodo Lluís Homar que lo borda como robot y que me recordó al también robot Jude Law en A.I. de Spielberg, y Claudia que actua con una soltura de profesional.
Aún así tengo que decir que me costó entrar en la película. ¿Puede ser que no estemos acostrumbrados a ver robots y científicos que construyen robots hablando en castellano?
Como cualquier película de robots que se tercie, tiene un drama asociado: ¿se pueden programar los sentimientos? ¿Los robots pueden sentir como los humanos? Vaya, que original. Pero el guión está tan bien desarrollado que te da igual que ya se te hayan planteado estas preguntas en otras películas. Además hay ahí un trío amoroso, una paternidad dudosa: culebrón añadido. Muy recomendable, a pesar de los primeros minutos y los tópicos del género, perdonables por ser la primera...(y eso que no me quería poner patriótico).
En la maratón robótica de Phenomena (por cierto, el cine Urgell me pareció precioso, el más bonito que he visto nunca, además con doble cortina y unos baños dignos de película), como ya he dicho, se proyectaban tres películas. Sólo vi dos. Os explico el por qué.
Empezó la tarde con el pase de Matrix. Creeros que no la había visto nunca. Os preguntías cómo puede ser, lo sé. Pues no tengo la explicación. Supongo que por mis prejuicios a Keanu Reeves, a las gabardinas de piel hasta los tobillos y las películas de disparos (de acción, perdón). Pues menudos prejuicios, que me habían impedido que disfrutara de una de las películas de ciencia ficción que mas me han sorprendido y entretenido nunca. Ahora entiendo lo de que Matrix sea un clásico, una película de culto. A parte de sus apabullantes efectos especiales, la trama tan bien desarrollada (la imaginación de los hermanos Wachowski es desbordante), Matrix tiene un matiz bíblico que está entre lo apocalíptico del nuevo testamento y la espera del Mesías del antiguo. Hace plantearte en qué mundo estamos viviendo, si vivimos la vida que queremos, o la que por el contrario quienes nos controlan quieren hacernos ver que vivimos. Es tan actual esta película. Por eso supongo que es un clásico, no pasará de moda nunca. La opresión por los poderosos siempre ha estado ahí: los faraones y los esclavos judíos que esperaban al Mesías para que los liberaran, los banqueros (los mercados es demasiado impersonal) que controlan las políticas de nuestros gobiernos (que controlan nuestras vidas es demasiado eufemístico) o las máquinas que cultivarán humanos para obtener su energía en un futuro. Matrix es algo más que robots. Matrix es el miedo de los hombres a ser esclavos y la esperanza que, asociada a ese miedo, nos ha permitido, permite y permitirá que continuemos hacia delante con nuestras vidas soportando lo insoportable.
Después de 15 minutos de descanso, continuó el maratón cinéfilo-robótico. Y vaya cómo continuó. La película que tuvo la desdicha de ser proyectada después de Matrix fue Westworld, escrita y dirigida en el año 1973 por Michael Crichton. Si si, el mismo que escribió Jurassic Park, pero unos añitos antes. Digamos que al señor Crichton se le da mejor escribir que dirigir. De hecho no me pareció mal la idea de la película: humanos que crean robots para ambientar sus vacaciones temáticas en la edad medieval, la antigua roma y el lejano oeste (sí, de ahí el título), robots que se rebelan (por causas desconocidas) contra sus humanos creadores y empiezan a matar a los plácidos veraneantes a diestro y siniestro. Pero a Michael le salió una película lenta (noté demasiadas ganas de describirlo todo con imágenes, demasiada recreación en los ambientes, ¿posible manía de escritor?). Así que la película causó sorpresa y alguna que otra risa entre los asistentes al pase (y cabreo de los más fieles al género, que nos mandaron callar al resto un par de veces). Curiosa película, Westworld: había momentos que rozaba el spaguetti western y otros las producciones de la Hammer. Como curioso también el protagonismo de un Yul Brynner, de nuevo como cowboy y de nuevo como malo de la peli (vaya, cuánto estigma hoy). No le quitaré mérito: el género estaban empezando cuando se rodó.
Finalmente, la cuarta película que no pude ver, se llama Hardware (subtitulada "programado para matar"). Esta película tenía le aliciente de contar con el director, Richard Stanley, allí mismo en el cine para presentarla. Además, parece ser que Terminator, película posterior, tiene bastantes similitudes con Hardware. Pero claro, eran más de las doce de la noche, llevaba cuatro horas en el cine, la última película que había visto era ya la tercera de robots que veía en 24 horas, así que decidí que era hora de volver a casa. Aunque prometo ver Hardware en otro momento. Entre los entendidos en cine de robots goza de rango de película de culto también.
Otra tarea pendiente es acabar la saga de Matrix. No me puedo quedar sin saber si el Elegido conseguirá liberar al mundo de la tiranía de las máquinas. Por cierto, ¿cuál será nuestro Elegido contemporáneo? Un político parece ser que no. Así que no esperemos que nos dominen las máquinas para planteárnoslo. Aunque al paso que vamos...