jueves, 2 de mayo de 2013

La doble hélice, 60 años de un icono

La semana pasada se celebró el 60 cumpleaños del descubrimiento del ADN. En realidad se conmemoraba la publicación en la revista Nature del paper donde se describía la estructura de la molécula de ADN. Este paper fue escrito por los ya archiconocidos James Watson y Francis Crick. Por este trabajo, los dos científicos y su jefe Maurice Wilkins obtuvieron el premio Nobel unos años más tarde. Este descubrimiento,  fundamental en la historia de la biología y de la ciencia en general, fue posible a una fotografía con rayos X que había realizado una cristalógrafa llamada Rosalind Franklin, la cual se quedó sin tan magnifico reconocimiento debido a su fallecimiento antes de la entrega del premio. La historia, con sus ramalazos machistas,  muchas veces se olvida de ella. Pero su trabajo fue el inicio de este importante descubrimiento.

En ese paper que publicó Nature, Watson y Crick describieron el ADN como una doble hélice, es decir, dos cadenas antiparalelas que se entrelazan entre sí como si de un muelle se tratara. Detrás de esta simple descripción, hay toda una explicación bioquímica de por qué se mantienen enlazadas las cadenas y por qué son antiparalelas y lo que resulta más fascinante, cómo es que en ella reside la capacidad de la vida de autoreplicarse. No es mi intención explicarlo aquí. Otros lo hacen mejor en otros ámbitos.

La doble hélice ha ido más allá de la biología para convertirse en un icono. Es una imagen que resulta ya tan reconocible, que cualquiera la puede identificar sin necesidad de saber qué es exactamente.  Ahí van algunos ejemplos de como la famosa estructura hallada por Watson y Crick y Franklin ha traspasado lo científico y es ya parte de nuestro imaginario colectivo.
Uno de los ámbitos que más ha aprovechado el tirón de la doble hélice ha sido la publicidad, y en concreto la publicidad de cosméticos. Dentro vídeo:


¿Os ha dado tiempo a verla? Está ahí, rodeando el elixir de la juventud. La doble hélice es ya un recurso habitual de las marcas cosméticas. Estos productos ha explotado, como pocos lo han hecho, la genética como reclamo publicitario. No se si a esto se le podría llamar alfabetización científica. Siempre y cuando, claro,  se obvien sus metidas de pata. Pero sin duda ha ayudado a propagar a través de los medios que hay una molécula en las células, el ADN, que tiene forma de doble hélice.
Otro ámbito que ha aprovechado la famosa estructura biológica es, por cierto, una disciplina que crea también estructuras. La arquitectura se ha inspirado en la doble hélice para diseñar, por ejemplo, este puente:




Es un puente peatonal de 280 metros de largo que se encuentra en Singapur y fue inaugurado hace 3 años. Diseñado por arquitectos locales y australianos y hecho de acero, ¿hubiera sido impensable antes del descubrimiento de Watson y Crick?

Hay más ejemplos de puentes doble hélice, pero también de otras construcciones. La Murtum Nature Observation Tower está en Austria, mide 27 metros de alto y fue diseñada por el estudio de arquitectura alemán loenhart&mayr. 









Relacionado con la arquitectura, el mundo del diseño no ha sido ajeno a esta inspiración. Estas dos estanterías son un ejemplo. 
MYDNA bookcase by Joel Escalona




Double Helix by Green Woods Forniture, Bristol















Por supuesto, aún hay más: joyas, percheros, lamparas... Pero avancemos. Un ámbito que  no ha explotado mucho, y me extraña, la doble hélice es el de los dibujos animados. Sólo una referencia he encontrado pero es una referencia muy significativa. Veámosla: 


Spielberg utilizó a Mr. DNA para explicarnos la clonación de los dinosaurios a partir de la sangre que contenían los mosquitos fosilizados en ámbar.  Que la doble hélice hubiera sido un dibujo animado hubiera podido ser un parámetro para valorar su alcance como icono cultural, más allá de la biología. De momento, sólo es una personaje secundario de una película.

Así pues,  aunque la doble hélice no haya alcanzado el estatus de icono de nuestro tiempo, como el retrato que le hizo Warhol a Marilyn o la fotografía del Che, la doble hélice es sin duda la imagen de la ciencia. Aunque este honor está bastante reñido con la fórmula de Einsteino con el modelo atómico de Rutterford. Sea como fuere, el caso es que  esta estructura descubierta ahora hace 60 años ha trascendido más allá del mundo científico y posiblemente ni Rosalind Franklin, que fue quien primero la fotografió, ni Watson ni Crick que supieron hallar una explicación a esa imagen, imaginaron nunca que tuviera una repercusión más allá de la estrictamente científica.

2 comentarios:

  1. M'ha interessat molt la relació que exposes de l'ADN amb les formes artístiques: publicitat, arquitectura, ingenyeria, disseny ... No se m'havia passat pel cap que aquestes formes de ponts, torres, etc. estigueren inspirades en l'ADN. Tanmateix la història de l'art està plena de formes simbòliques preses d'altres camps, des de l'alfa i l'omega de l'alfabet grec fins a les estreles ( Hi ha baluards i fortaleses de formes estrelades), lluna i sol d l'espai. La veritat és un tema d'iconologia i iconografia molt interessant. Ara, estarem més atents a la publicitat ja que és un territori en el que s'aprofita tot el que dona un plus de "qualité"!
    Com sempre, una mirada molt interessant al món de la ciència.

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  2. Gràcies per la teva interessant reflexió. Estem en un món regit per la força i el poder de les imatges. I aquestes es prenen de qualsevol àmbit. La relació entre ciència i art és una constant que es pot analitzar des de molts diversos punts de vista.

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