jueves, 28 de noviembre de 2013

Un universo de la nada

Leo que nuestro universo se está expandiendo, pero de manera acelerada. Si lo primero ya me daba vértigo, con lo segundo ya es que me mareo. Además, también leo que la materia oscura es la que más lugar ocupa en nuestro universo. Que haya materia y energía oscuras tampoco me produce una sensación muy agradable. La oscuridad es bastante aterradora y misteriosa.  Continuo leyendo, y descubro que el  sol, como cualquier otra estrella, tiene fecha de caducidad y que ésta es de miles de millones de años, pero que al parecer, en la escala de tiempo de nuestro universo, no es tanto tiempo. Y me doy cuenta que siempre decimos nuestro universo, como si hubiera universos de otros. 
Sigo leyendo: parece ser que somos afortunados por vivir el momento este en el que vivimos porque tenemos todas las pruebas necesarias para demostrar que el universo, el nuestro claro, se formó a partir de una gran explosión que fue el Big Bang. Que posiblemente si hubiésemos vivido unos miles de millones de años antes, aunque  puede que la Tierra o el Sistema Solar no se hubiese formado,  imaginemos que si que hubiéramos aparecido en otro planeta de otro sistema solar, que se ve que hay a patadas, pues no hubiésemos ni detectado el desplazamiento al rojo ni la densidad de materia hubiese sido la misma debido a que nuestro universo de expande de materia acelerada.
Todo esto lo leo en "Un universo de la nada" de L.M.Krauss, un libro que pone a caldo a los que no se creen que todo, y todo es todo lo que sabemos que existe, proviene de esa gran explosión que se originó de la nada y además da argumentos, que son los que se conocen hasta ahora,  para ponerlos a caldo. Con ello consigue que me sorprenda, me aterre, y me maraville con la complejidad de nuestro universo.
 Y es que aunque echo de menos que alguien escriba el libro definitivo que me ayude a entender los entresijos del cosmos, poco a poco me voy haciendo a la idea que puede que este libro no se escriba nunca. Porque a la velocidad que van apareciendo nuevas partículas y subpartículas o se comprende cómo interactúan entre ellas, que es comparable con la que se nos expande el universo, no llegaremos de momento, o puede que nunca, a una explicación definitiva. Porqué nuestro momento único en el universo va pasando. 





jueves, 21 de noviembre de 2013

Publicidad cientificamente probada

“La publicidad se basa en una cosa, la felicidad. Y, ¿sabes lo que es la felicidad? La felicidad es el olor de un coche nuevo. Es ser libre de las ataduras del miedo. Es una valla en un lado de la carretera que te dice que, lo que estás haciendo, lo estás haciendo bien”. La frase no es mía, ni de ningún gurú actual del marketing. Es de Don Draper, el protagonista de la serie Mad Men que retrata el mundo de la publicidad y el estilo de vida en general, de los EE UU en los años 50. Pero creo que muchos publicistas la siguen teniendo hoy escrita en un pósit colgado en la pantalla de su Mac.
Si bien el mundo de la publicidad habrá cambiado des de que Draper y sus colegas dominaban el mundo des de sus oficinas en Madison Avenue, no lo ha hecho su finalidad. Esa intención de trasmitir felicidad y seguridad en los anuncios sigue existiendo.
En pasados posts hacía referencia a algunas encuestas que situaban a los científicos entre las profesiones más fiables y reputadas. Una aura de certeza rodea a los científicos, herencia de la Ilustración. La certeza extendida que si algo está demostrado científicamente, es una verdad absoluta, está grabada a fuego en nuestras conciencias.
No es de extrañar pues que los hábiles publicistas hayan echado mano de tal recurso y lo hayan incorporado a sus trabajos. Lo que he observado, es que este uso ha ido evolucionando: des de incluir sólo la memorable frase de "científicamente probado" hasta la aparición de los propios científicos en el anuncio. Ciencia y publicidad, ¿un matrimonio bien avenido? Obviamente, el producto a vender sale reforzado. Pero, ¿la ciencia también? ¿Qué me decís de los científicos que aparecen? ¿Se han vendido?
Uno de los primeros ejemplos de la aparición de científicos en un anuncio es para vender cigarrillos. Mirar por el microscopio mientras te fumas un cigarrillo es una imagen del científico muy glamurosa. Aunque lo interesante es saber que un equipo bien conocido de investigación ha demostrado que estos cigarrillos no dejan mal sabor después de fumártelos.

Los soportes evolucionaron y de los medios impresos se pasó al mundo audiovisual.  El mundo del yogur, y de otros alimentos funcionales, ha abusado especialmente de lo "científicamente probado". Este es un anuncio típico de esta clase de alimentos: personaje famoso que explica su exitosa experiencia de consumo, unas imágenes para reforzar la explicación científica y por ultimo, respaldo de una institución científica para dotar de mayor credibilidad al producto.


Pero oh, maldita sea, se dijeron los publicistas cuando una sentencia de la unión europea prohibió el uso de la expresión "científicamente probado" en aquellos productos en los que no se pudiesen demostrar científicamente los beneficios de su consumo. Así que, dieron un paso más allá y pensaron, ¿por qué no recurrir a los propios científicos para anunciar sus productos? Dicho y hecho. La primera aparición que recuerdo de un científico en publicidad no es, curiosamente,  la de un científico. El profesor Punset, no obstante, goza de tanta credibilidad como si lo fuese, y tiene un nutrido club de fans. Una buena elección de los productores del anuncio. Lástima que este star media no goce de muy buena fama entre los científicos. Y claro, después de ver estas imágenes, menos.


Así que las cabecitas pensantes del mundo del marketing han ido más allá y han logrado persuadir a reputados científicos que trabajan en el campo de la investigación del cáncer o de la medicina regenerativa para anunciarnos aquella tranquilidad que predicaba Don Draper y decirnos que estemos tranquilos, que aunque nuestra esperanza de vida aumente, gracias a la investigación en sus campos nuestra calidad de vida no se verá afectada. Bueno, gracias a la investigación y a los planes de pensiones que el banco que les ha contratado anuncia. Os dejo con el profesor Tresguerres, que además viene caracterizado de científico auténtico, con su pajarita y su barba. Así es más creíble. Científicamente probado.

 






sábado, 19 de octubre de 2013

Una ley, una vacuna y una camiseta

Me gustaría comentar varios sucesos que, si bien al principio no pensaba que tuvieran relación entre ellos, han resultado tener una conexión espeluznante. Los relataré cronológicamente, por llevar un orden.  Pero avanzo que los elementos clave son una Ley educativa, la vacuna antitetánica y una camiseta. ¿Os aventuráis a enconcontrar la lógica de esta secuencia?
Jueves 10 de Octubre. El Congreso de los Diputados aprueba la LOMCE (Ley Orgánica de la Mejora de la Calidad Educativa). Toda la comunidad educativa (profesorado, alumnado, AMPAS) manifiesta su desacuerdo con la Ley.
Martes 15 de Octubre. Durante una actividad en clase, surgió la polémica. Se trataba de leer un texto sobre el tétano y su vacuna, y después responder unas preguntas para observar la comprensión de los alumnos  sobre el tema expuesto. La pregunta en cuestión pedía cuántos meses duraba el efecto protector de la vacuna. En el texto, que previamente habían podido leer los alumnos, este dato aparecía en años. Diez, para ser más precisos. Por tanto, los alumnos, debían contestar que el efecto protector de la vacuna antitetánica era de 120 meses. La pregunta no era intencionadamente rebuscada. Simplemente, era interesante hacerles ver la necesidad de leer bien y entender qué es lo que se preguntaba. No era intención del profesor "pillarlos". Al ponernos a corregir dicha pregunta, surgió la indignación porque consideraba incorrecta la respuesta en años y les pedía que la dieran en meses, tal como estaba redactada la pregunta. Mi sorpresa fue ver que gran parte del alumnado no sabía cuántos meses eran 10 años. Por añadir más datos, estamos hablando de alumnado de Formación Profesional de Grado Medio.
Viernes 18 de Octubre. Como cada viernes, me levanté con la alegría de saber que el fin de semana está a la vuelta de la esquina. Con un alto grado de motivación me vestí con una de mis camisetas preferidas. La camiseta está estampada con flores. Camiseta que por cierto, ha sido alagada por compañeros de trabajo, alumnos, amigos y familiares. Pero al parecer no es adecuada para hombres. Y es que, caminando por la calle, un niño de unos 6 o 7 años, no más, me preguntó que  por qué iba vestido de flores. Le respondí, bastante sorprendido por el desparpajo del crío,  que porque me gusta. A lo cual,  él me respondió, muy resolutivo, con otra pregunta: "¿Eres una chica? Porque las flores son de chica". Me quedé sin respuesta que darle. Simplemente me alejé, y escuché por detrás cómo los padres (o las personas a cargo del niño en ese momento) le reían la gracia.  Absolutamente indignado, publiqué en Facebook el incidente. Respuesta unánime de mis contactos: vaya educación está recibiendo el niño.
Así pues, como docente y ciudadano, me preocupo porque si ya con el actual modelo educativo hay niños que piensan que las flores son para las niñas, que sus jóvenes padres tambíen lo piensan, que hay adolescentes que no saben multiplicar por diez y que no comprenden qué se les pregunta en un simple enunciado, con la nueva Ley educativa ya ni me quiero imaginar la ecatombe que se nos viene encima. Sí, quiero ponerme apocalíptico. Porque, a pesar que estoy mezclando varias cosas que en principio os puede parecer que se deben analizar por separado, o incluso podéis pensar que soy sensacionalista, os digo que para nada. Que hoy lo he visto claro.
Mirad: la actual Ley, la LOE, es un desastre de mucho cuidado. Ahí están los informes PISA para alertarnos. Igual que lo fue la LOGSE, aunque, para mí, fue un buen intento de actualizar el sistema educativo estatal. Pero es que la LOMCE es una birria que propone uqe para mejorar la educación de los que seran la generación futura dar más horas de religión, eliminar del currículum una de las pocas asignaturas que se trataba a los alumnos como futuros ciudadanos con capacidad de decisión en su sociedad (Ciudadanía),  y apoya los centros educativos que segregan por sexos. Con lo cual, muchos niños posiblemente van a seguir sin querer ponerse una camiseta floreada. O peor aún, burlarse de los que sí que se la ponen.
Además, la LOMCE permitirá des de bien pronto, separar a los alumnos en itinerarios según sus capacidades, y por tanto discriminarlos y encasillarlos en "listos" y "torpes". Así, se permitirá a los alumnos incorporarse a la Formación Profesional o incluso al mercado de trabajo sin el Graduado en ESO. (Actualmente esto tambíen puede llegar a pasar, y pasa lo que pasa con las multiplicaciones y la comprensión lectora). No se queda ahí la nueva Ley, también permite aumentar la ratio (número de alumnos por profesor) en un 10%. Por tanto, continuará habiendo alumnos  que acaben sus estudios y que les será difícil multiplicar por diez. ¿Cómo puede llamarse una Ley de Mejora de la Calidad Educativa aumentando la ratio y permitiendo que los alumnos no adquieran ciertos conocimientos básicos antes de salir de la escuela? ¿Qué pedagógos hay detrás de estas ideas?
Está bien, pensaréis, la educación es un desastre. ¿Qué propones? Pues primero, más inversión en educación. El dinero no da la felicidad, pero ayuda bastante. Pues lo mismo pasa en las aulas. Los recursos, tanto humanos como materiales, son imprescindibles para poder atender bien al alumnado.  Pero no por poner un gestor administrativo (papel que la LOMCE da a los directores de los centros) vas a mejorar la inversión en las escuelas.
También hay que dejar de ver las aulas como simples guarderías donde dejar a los niños mientras los adultos trabajan. Es preciso involucrar a las familias en la educación de sus hijos. ¿Que no tienen tiempo porque trabajan 10 horas al día y no se pueden hacer cargo de su prole? Pues eso tambíen hay que cambiarlo, poder conciliar vida familiar y trabajo es imprescindible. Porque la escuela no es la fuente pirmera de educación: es la familia. En la familia se aprenden los valores que permaneceran en uno por siempre jamás. Y no penséis que tengo una actitud conservadora. La familia es el núcleo donde los niños crecen, sea de la índole que sea.
Y hay que intentar dejar de ser tan academicistas y estrictos en el desarrollo de los currículums. El conociemiento, el saber, fluye hoy en día a través de las pantallas (televisión, internet). Las aulas no son las únicas sedes de la información. Por tanto, demos pie en las escuelas a la creatividad, a la posibilidad de relación de los alumnos, a la educación emocional, a la comprensión de su entorno a partir de la resolución de los problemas que se encuentran en el día a día.
Me estoy extendiendo y lo que es más grave, me esto poniendo utópico y puede ser que un poco demagogo. Nada más lejos de mi intención. Hablo des del conocimiento de causa y la preocupación de ver día tras día cómo la educación está fallando y le debemos poner remedio. Como ciudadano y como profesor. Espero que este post os sirva como reflexión. Y que a partir de las anécdotas que pueblan nuestra rutina construyamos ideas que nos lleven a mejorar nuestra sociedad, y en definitiva, nuestras vidas .


Mi camiseta preferida

jueves, 5 de septiembre de 2013

El incógnito de uno mismo

Conócete a ti mismo. Es lo que podía leer quien iba a visitar al oráculo del templo de Apolo en  Delfos. Conócete a ti mismo. Casi nada. Pero cuando supe de esta máxima, estudiando en el colegio todavía, me parecía una obviedad. ¿Cómo que conócete a ti mismo? Ya se quién soy. ¿Los antiguos griegos no se conocían a si mismos?, pensaba ignorantemente. A medida que fui creciendo, semejante afirmación se me fue volviendo, poco a poco, más compleja. La madurez te llega como una ducha de agua fría después de una borrachera, te espabila y se te acaba la fiesta. Conocerme a mi mismo resultaba difícil, jodido. Lo digo así de sincero: yo no siempre era como yo pensaba que era.
Después de leer el libro Incógnito de David Eagleman, entiendo que esto es normal. Lo raro es que uno sepa con seguridad y claridad quién es de verdad. Porqué la verdad, queridos, está ahí dentro. Dentro de nuestra mente, y del libro de Eagleman.
Este científico, neurocientífico para más señas, ha escrito uno de los libros más brillantes que he leído. Incógnito es brillante en cuanto que te deslumbra por lo bien escrito que está, y en cuanto que te ilumina por la cantidad de información que te proporciona. No os spoilearé el libro. Prefiero que disfrutéis tanto como yo lo he hecho con su lectura. Tan solo advertiros que si no os interesa la neurociencia, da igual: Incógnito es mucho más que un libro que explica como funciona nuestro cerebro, o qué es la mente, o por qué se ha estancado la inteligencia artificial, o cómo la neurociencia influye en el derecho penal, o qué es el yo.
El cerebro no es un simple órgano más, es el más fascinante porque es donde se crea todo aquello que sabemos y es el más complejo porque contiene tantas sinapsis nerviosas como estrellas en el Universo. Es también misterioso por lo poco que aún lo conocemos. Pensamos que somos conscientes de todo lo que se lleva a cabo dentro de él, de las decisiones que tomamos, de las acciones que realizamos, de los sueños que tenemos o de las ideas que defendemos. Pero en realidad, la conciencia es un diminuto rincón de nuestra mente y a su alrededor hay un espacio enorme, donde ocurren incalculables procesos ajenos a nosotros pero que al mismo tiempo forman parte de nosotros. Entonces, ¿cómo conocerse a uno mismo?
Un buen libro es el que te atrapa, te engatusa con una buena historia y no te deja ir ni hasta cuando lo terminas de leer porqué aún te ronda por la cabeza y te hace verlo todo de una manera diferente. Incógnito es, pues,  un buen libro porqué tiene una de las mejores historias, uno mismo.






jueves, 29 de agosto de 2013

La hamburguesa es la estrella

La hamburguesa, alimento e icono de nuestro tiempo, ha sido la protagonista de la sección de ciencia de muchos medios de comunicación este verano. Y es que se ha creado la primera hamburguesa sintética de la historia. El logro ha tenido lugar gracias a unos investigadores holandeses que la han fabricado a partir de células madre del músculo de varias vacas Al parecer McDonald's no ha tenido nada que ver, pero si Google, que ha cofinanciado el proceso.
El cabecilla de esta creación, el profesor Mark Post, ha repetido hasta la saciedad la ventaja estrella de su producto: ante el aumento de la población mundial y la necesidad de producir más alimentos, esta hamburguesa supone un menor impacto ambiental en su producción. En cuanto al sabor, parece ser, no hay ventajas: según quienes las probaron, estaba un poco seca. Todo llegará.
Des de que me enteré de tan loable proeza, me han rondado varias interpelaciones que no me dejarán tranquilo hasta que no las materialice. La primera tiene que ver con los titulares y la manera de llamar a las cosas, que no siempre es por su nombre. Es tan sintética  esta hamburguesa creada en el laboratorio del profesor Post, como la que se comió el primer Homo sapiens hace 500.000 años. Aunque no lo parezca, es tan natural obtener la hamburguesa criando a la vaca, sacrificándola y picando parte de sus músculos, como lo es criar a la vaca, coger células madre de su músculos y ponerlas en unas placas con nutrientes y esperar que crezcan hasta conseguir la pieza de carne. Todo depende de la técnica que se utilice, que es la que se dispondrá en el momento de querer fabricar una hamburguesa. Si el Homo sapiens de hace 500.000 años hubiese tenido constancia de la existencia de las células madre y se le hubiese ocurrido utilizarlas para fabricarse su hamburguesa, ¿también se le hubiera llamado sintética? Sintético suena a artificial, a plastificado, a algo de mentira, postizo, falso, y le suele quitar valor al sustantivo al que acompaña. Sintético debería hacer referencia a que surge de un proceso que requiere cierta manipulación de la materia prima. En este sentido, hace 500.000 años, puesto que las reses no producían directamente la hamburguesa,  también había hamburguesas sintéticas.
Por otra parte, pensar que esta nueva forma de fabricar hamburguesas va a acabar con el hambre del mundo, que es una de las principales motivaciones de Post y su equipo, me suena a falacia. La misma que cuándo nos vendieron que los transgénicos también ayudarían a solucionar este problema. Me sorprende ver cómo todavía un científico repite esta misma cantinela para justificar una idea suya. Creo que ya podemos ir entendiendo que el hambre en el mundo es un problema de distribución de recursos. La ciencia por sí sola no va a paliar las injusticias del planeta. Los datos que acompañan al invento parecen bastante elocuentes: menor consumo energético para su producción, menor emisión de gases invernadero y menor superficie de suelo utilizada. Resumiendo: menor impacto ambiental al producir la hamburguesa con esta técnica. Parece tentador pensar que es la producción de alimento del futuro. Pero faltaría ver la voluntad política y los trajemanejes de las empresas que se queden con la técnica. De momento ninguna cadena de restaurantes de comida rápida ha dicho esta boca es mía. Les debe ir bien produciendo hamburguesas de una forma clásica (que no digo ética). 
Así pues, la hamburguesa, aunque de origen europeo, ha sido estrella de la gastronomía occidental des de que los americanos la popularizaron. Ahora es también una estrella mediática gracias unos científicos holandeses.

                       

viernes, 2 de agosto de 2013

Las revistas son para el verano

La lectura es una de las actividades estrella de las vacaciones. A pesar de ello, no siempre se encuentra el momento de leer libros interesantes, como Incógnito o El universo de la nada. Bien porqué la playa es demasiado ruidosa y te distrae la conversación de los de la sombrilla vecina, bien porqué después de comer el libro ayuda que la digestión  te induzca a una siesta reparadora, bien porqué los niños de la familia andan revoloteando pidiendo atención continua, o bien porqué apetece relajar la mente, hay momentos que necesitamos de otro tipo de lectura. Como por ejemplo las revistas.
Las revistas de ciencia y divulgación (Muy interesante, Quo, Investigación y Ciencia,...) podrían ser esa alternativa a la lectura de un libro.  Pero hay, aún así, alternativa a esta alternativa. Es el caso de la revista The Plant. Editada en inglés pero de producción catalana, el contenido se centra en el mundo de las plantas y la jardinería des de la particular visión que ofrecen  artistas, diseñadores, escritores, músicos, escritores. En The Plant, a parte de encontrar información práctica sobre jardinería y botánica, hay también entrevistas con artistas que utilizan plantas en sus obras, o relatos de escritores emergentes o personajes populares que hablan de su amor por las plantas, o referencias a las plantas en el cine.  Este variado contenido viene reforzado por fotografías e ilustraciones que hacen de su lectura un delicioso,  refrescante pasatiempo.
En cambio, si lo que se trata es de entretener a los más inquietos, existe la opción de comprar la revista Okido, The Arts&Science Magazine for Kids. Aunque también está editada en inglés (es una publicación inglesa), los contenidos son facilmente entendibles, y así se puede practicar inglés (¡vamos hacia el tirlingüismo en la escuela!). Proporciona una original manera de que los niños se acerquen a la ciencia a través de juegos, de actividades "házlo tú mismo", de cómics, de dibujos para pintar, canciones, historiestas,.... Está hecha con un gusto exquisito. Cada número es monográfico de un tema (por ejemplo la suciedad, el agua,...) y las actividades se desarrollan sobre este tema. Publicaciones como ésta ayudan a despertar el interés científico de los niños y a alimentar vocaciones científicas. 
Buena lectura y buen entretenimiento, aunque no se tengan vacaciones.

























Información práctica:

The Plant
http://www.theplant.info
10 € España
20 € Europa

Okido
http://www.okido.co.uk/
 £ + gastos de envío

jueves, 18 de julio de 2013

La economía, las chaquetas de colores y el Índice Bohemio-Gay



Este no va a ser un post sobre economía. Más que nada porqué no se nada de economía. No se nada de macroeconomía, quiero decir. Si acaso,  se algo de microeconomía. Aunque muy bien no se dónde acaba una y dónde empieza la otra. Total, que no voy a escribir de economía. Pero si de economistas. De personas que saben de economía, y en cambio saben poco de otras cosas. Seguro que hay muchos de esos, pero yo me centraré en dos.
Del primer economista que quiero hablar es de Richard Florida. Es experto en geografía y crecimiento económico. Trabaja en la Universidad de Toronto pero viaja por todo el mundo dando conferencias sobre el desarrollo económico de las ciudades. Ha escrito varios libros y numerosos papers. Su aportación más importante al mundo de la economía, y del conocimiento en general, es la Teoría de la Clase Creativa. Así muy resumido, el profesor Florida viene a decir que la clase creativa está formada por profesionales del mundo del arte, el diseño y la ciencia; y que esta Clase Creativa elige las ciudades dónde establecerse no por su oferta laboral sino por su grado de tolerancia a las formas de vida que se alejan de los estándares. Sus estudios analizan cómo esta Clase Creativa incrementa el grado económico de estas ciudades y cómo influye en su desarrollo urbanístico.  Aquí entra a escena el Índice Bohemio-Gay: un indicador de cuan tolerante es una ciudad, o un vecindario, frente a esos cánones de vida no estándares o convencionales. Porqué lo que dice el profesor Florida no es que los bohemios y gays sean buenos para la economía porqué tengan un poder adquisitivo más alto y consuman más, sino porqué este índice indicaría qué ciudades son más tolerantes y por tanto, la gente (clase) creativa se sentiría más agusto viviendo ahí y por tanto ayudaría a mejorar la economía de esa ciudad.
Vayamos con el segundo economista.  Este más conocido localmente aunque también trabaje en el continente americano. Se trata de Xavier Sala i Martin. Goza de reconocida notoriedad (que me imagino que no es sólo por vestir coloridas chaquetas) y es por eso, supongo, que el diario La Vanguardia lo ha fichado para hacer una vídeo-columna titulada E-Konomía. Y es dónde yo he descubierto al economista Richard Florida. Porqué hoy Sala i Martin se preguntaba "¿Es buena la homosexualidad para la economía?" y citaba el estudio del profesor Florida y sus conclusiones entre homosexualidad y progreso económico.
Y yo me pregunto, ¿llevar chaquetas de colores es bueno para la economía? Imaginemos que hacemos un estudio sobre ello. En nuestra metodología de trabajo para llevar a cabo esta investigación utilizaríamos un índice que comparase los resultados de las empresas cuyos empleados visten aburridos trajes oscuros con las empresas donde sus trabajadores utilicen coloridas prendas. Lo llamaríamos Índice Económico-Pantone. Podría aventurar mi hipótesis de partida pero prefiero no hacerlo por temor a plagio. Sabemos cómo está el mundo científico hoy en día, desesperado a la caza de recursos y cualquier buena idea podría ser aprovechada por un avispado director de grupo de investigación para hacerse con una subvención.
¿Qué pensaría el economista Sala i Martin si el economista Florida hubiese echo ese estudio imaginario? Pues eso mismo pienso yo de la Teoría de la Clase Cerativa de Richard Florida y de la vídeo-columna de Sala i Martin.  Tratar la homosexualidad como un factor que influye en la economía es otro ejemplo de cómo el capitalismo trata a los seres humanos como simple mercancía. Y que se haya hecho dentro de un marco académico como es la Universidad de Toronto es una muestra de cómo la Ciencia comete errores al encasillar a la personas dar pie a la discriminación. Es como estudiar si las ciudades con más población emigrante son más inseguras, o más feas, o con esperanza de vida más baja. Es la manera cómo no hace muchos años se utilizaba el Coeficiente de Inteligencia para separar a listos y tontos.  Se puede llegar a pensar que en este caso del progreso económico, la homosexualidad sale bien parada y tiene una  valoración  positiva. Pero ya no se trata de eso simplemente. Sólo con el planteamiento ya se está causando una ofensa. Ya se da pie a la diferenciación y a la  discriminación: ciudades con más homosexuales vs. ciudades con más heterosexuales. Si se tiene que llegar a una verdadera igualdad, señores economistas del mundo, este no es el camino.

Richard Florida                                                            Xavier Sala i Martin (y sus chaquetas de colores)

lunes, 13 de mayo de 2013

Cuatro vídeos de ciencia y un videoclip

Últimamente he visto algunos vídeos que, por diferentes motivos, resultan bastante interesantes y me gustaría compartir. Los recursos visuales son una de las formas más directas de transmitir conocimiento. Siempre y cuando se adapte el registro utilizado al público al que va dirigido.
En primer lugar, a través de uno de los blogs a los que sigo, Brian Pickings,  descubrí un grupo llamado They May Be Giants que hace canciones con contenido científico y que edita unos vídeos con una producción muy cuidada. Las canciones son sencillas, bonitas, algunas incluso pegadizas.  Por ejemplo, esta "Meet the elements". ¿Quién dijo que aprenderte la tabla periódica fuera aburrido?


Relacionado con los elementos, la semana pasada IBM presentó la que ya ha sido llamada la película más pequeña de la historia. Y es que está hecha de átomos, las partículas microscópicas que forman los elementos del vídeo anterior.  Su título es "A boy and his atom" y dura 1 minuto y 35 segundos. Difrutadla.


Aquí se puede ver el proceso de creación. Realmente fascinante. Más allá del entretenimiento, finalidad de cualquier tipo de película, des de IBM destacan la importancia de poder manipular átomos hasta grado de precisión. La nanotecnología tiene importantes aplicaciones, por ejemplo en la computación cuántica.  Puede que esta nanopelícula no gane ningún premio cinematográfico, pero cuando la gente tenga ordenadores cuánticos en casa, "A boy and his atom" será como hoy "Salida de los obreros de la fábrica".
La NASA editó el siguiente vídeo, para mostrar en tan sólo cuatro minutos, cinco años de los once que dura un ciclo solar. Se supone que este año 2013 es el ecuador de un ciclo solar y que su actividad debería resultar máxima. Pero las observaciones no indican eso. ¿A qué puede ser debido esto? Aquí la respuesta de la NASA.

Y ya que estamos en el espacio, otro vídeo de la NASA. Esta vez del último paseo espacial que realizaron la semana pasada dos astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS, sus siglas en ingles). Hubo una fuga de amoníaco del sistema de refrigeración de un generador unido a uno de los paneles solares de la Estación, y se tuvo que arreglar.  Siempre que veo imágenes de este tipo tengo que hacer el esfuerzo para pensar que no se trata de 2001: Una odisea en el espacio, por decir una de las muchas películas con paseos espaciales; son astronautas reales,  suspendidos a 400 km de la Tierra,  que mantienen la sangre fría como aquél que se sube a la escalera de su casa para cambiar una bombilla. La operación, según la NASA, fue un éxito. Los dos astronautas ya deben saber lo que es estar frente a la  inmensidad.

 

Aunque estos astronautas de la Estación Espacial Internacional también tienen tiempo para desarrollar su faceta más artísitca. Y justo hoy el astronauta Chris Hadfield lo ha demostrado, colgando este vídeo en el que interpreta "Space Oddity" a modo de despedida ya que su misión espacial ha acabado. ¿Se podía imaginar Bowie un videoclip mejor para su canción? 

 


jueves, 2 de mayo de 2013

La doble hélice, 60 años de un icono

La semana pasada se celebró el 60 cumpleaños del descubrimiento del ADN. En realidad se conmemoraba la publicación en la revista Nature del paper donde se describía la estructura de la molécula de ADN. Este paper fue escrito por los ya archiconocidos James Watson y Francis Crick. Por este trabajo, los dos científicos y su jefe Maurice Wilkins obtuvieron el premio Nobel unos años más tarde. Este descubrimiento,  fundamental en la historia de la biología y de la ciencia en general, fue posible a una fotografía con rayos X que había realizado una cristalógrafa llamada Rosalind Franklin, la cual se quedó sin tan magnifico reconocimiento debido a su fallecimiento antes de la entrega del premio. La historia, con sus ramalazos machistas,  muchas veces se olvida de ella. Pero su trabajo fue el inicio de este importante descubrimiento.

En ese paper que publicó Nature, Watson y Crick describieron el ADN como una doble hélice, es decir, dos cadenas antiparalelas que se entrelazan entre sí como si de un muelle se tratara. Detrás de esta simple descripción, hay toda una explicación bioquímica de por qué se mantienen enlazadas las cadenas y por qué son antiparalelas y lo que resulta más fascinante, cómo es que en ella reside la capacidad de la vida de autoreplicarse. No es mi intención explicarlo aquí. Otros lo hacen mejor en otros ámbitos.

La doble hélice ha ido más allá de la biología para convertirse en un icono. Es una imagen que resulta ya tan reconocible, que cualquiera la puede identificar sin necesidad de saber qué es exactamente.  Ahí van algunos ejemplos de como la famosa estructura hallada por Watson y Crick y Franklin ha traspasado lo científico y es ya parte de nuestro imaginario colectivo.
Uno de los ámbitos que más ha aprovechado el tirón de la doble hélice ha sido la publicidad, y en concreto la publicidad de cosméticos. Dentro vídeo:


¿Os ha dado tiempo a verla? Está ahí, rodeando el elixir de la juventud. La doble hélice es ya un recurso habitual de las marcas cosméticas. Estos productos ha explotado, como pocos lo han hecho, la genética como reclamo publicitario. No se si a esto se le podría llamar alfabetización científica. Siempre y cuando, claro,  se obvien sus metidas de pata. Pero sin duda ha ayudado a propagar a través de los medios que hay una molécula en las células, el ADN, que tiene forma de doble hélice.
Otro ámbito que ha aprovechado la famosa estructura biológica es, por cierto, una disciplina que crea también estructuras. La arquitectura se ha inspirado en la doble hélice para diseñar, por ejemplo, este puente:




Es un puente peatonal de 280 metros de largo que se encuentra en Singapur y fue inaugurado hace 3 años. Diseñado por arquitectos locales y australianos y hecho de acero, ¿hubiera sido impensable antes del descubrimiento de Watson y Crick?

Hay más ejemplos de puentes doble hélice, pero también de otras construcciones. La Murtum Nature Observation Tower está en Austria, mide 27 metros de alto y fue diseñada por el estudio de arquitectura alemán loenhart&mayr. 









Relacionado con la arquitectura, el mundo del diseño no ha sido ajeno a esta inspiración. Estas dos estanterías son un ejemplo. 
MYDNA bookcase by Joel Escalona




Double Helix by Green Woods Forniture, Bristol















Por supuesto, aún hay más: joyas, percheros, lamparas... Pero avancemos. Un ámbito que  no ha explotado mucho, y me extraña, la doble hélice es el de los dibujos animados. Sólo una referencia he encontrado pero es una referencia muy significativa. Veámosla: 


Spielberg utilizó a Mr. DNA para explicarnos la clonación de los dinosaurios a partir de la sangre que contenían los mosquitos fosilizados en ámbar.  Que la doble hélice hubiera sido un dibujo animado hubiera podido ser un parámetro para valorar su alcance como icono cultural, más allá de la biología. De momento, sólo es una personaje secundario de una película.

Así pues,  aunque la doble hélice no haya alcanzado el estatus de icono de nuestro tiempo, como el retrato que le hizo Warhol a Marilyn o la fotografía del Che, la doble hélice es sin duda la imagen de la ciencia. Aunque este honor está bastante reñido con la fórmula de Einsteino con el modelo atómico de Rutterford. Sea como fuere, el caso es que  esta estructura descubierta ahora hace 60 años ha trascendido más allá del mundo científico y posiblemente ni Rosalind Franklin, que fue quien primero la fotografió, ni Watson ni Crick que supieron hallar una explicación a esa imagen, imaginaron nunca que tuviera una repercusión más allá de la estrictamente científica.

martes, 26 de marzo de 2013

A propósito de "Marcados por los genes"

Empiezo a leer el reportaje "Marcados por los genes" de Luís Miguel Ariza,  que se ha publicado este fin de semana en el suplemento dominical de un periódico. Cuenta cómo nuestra información genética, que es la información más personal y por ello más sensible y delicada que nos identifica, puede estar al alcance de cualquiera.  De un cualquiera bueno, por ejemplo de un investigador que estudia la relación entre un marcador genético y el cáncer de colon o de un médico que te avisará de que tienes un factor de riesgo del 60% de sufrir Alzheimer. Pero esa información también puede ser ojeada por un cualquiera malo, por ejemplo un agente de de tu agencia de seguros que te negará una cobertura total o de tu jefe puñetero que te podrá despedir por ese riesgo tan elevado a sufrir cáncer y alegará una reestructuración interna de la empresa y ciao. Un cualquiera malo también puede ser un hacker informático que puede vender esta información a otro cualquiera más malo. Uffff. Acabo de leer el reportaje. Me entran temblores, sudoraciones y palpitaciones. Mi sistema nervioso simpático está a tope. Típica reacción de alerta. Seguro que hasta se me han dilatado las pupilas. Y es que he sentido miedo.
Vale, me digo, relájate que no es para tanto, es otra falsa alarma para crear expectación y bordar un reportaje periodístico; para tener un buen tema y que te publiquen el domingo. ¿Cómo van tus datos genéticos a estar colgados en Internet? ¿Cómo se va a enterar tu mutua? Ciencia ficción, seguro. Pero se ve que no, se ve que ya pasa en EE UU, el país dónde primero pasa todo. Al parecer allí que ya hay denuncias por discriminación genética. Entonces no es broma, pienso. Además, según informa el reportaje, son cada vez más las personas que piden que se descifre su genoma y quieren saber de qué morirán. Para ir dejando testamento, imagino. Yo no se si querría que se descifrara mi genoma. Quiero decir, que por una parte si me gustaría para ver si puedo evitarme algún sustillo e ir previniendo futuras compliaciones. Pero por otro lado, pienso que me asustaré y que,  al fin y al cabo, en la vida te pueden pasar muchas cosas, y oye, a lo mejor no te mueres de lo que te dicen los genes. Para qué voy a ir sufriendo innecesariamente. Pero otra cosa es la investigación, claro. Me pongo a pensar que hace falta que se descifren genomas de la gente para detectar y mapar en los cromosomas aquellas regiones involucradas en la enfermedades que nos acechan y encontrar un remedio molecular para ellas. La terapia molecular, que será lo más de lo más, cuando se generalice, claro.
Entonces ahora si que estoy hecho un lío, pienso. Vamos a ver: me asusto o no me asusto. La información genética se debe colgar en Internet o no. Para facilitar la investigación y el intercambio de datos entre investigadores por supuesto que sí. Pero, ay, si la intercepta uno que no tiene esa noble intención, y la vende y se hace negocio con ella y te putean y te discriminan. No me estoy aclarando nada. Vaya con el reportaje...Qué bien que se avance a toda velocidad descifrando el genoma humano o más vale que se ponga el freno y se pensemos qué estamos haciendo, o mejor, qué vamos a hacer con toda esa información.
Acto seguido me vienen más ejemplos en los que el avance científico ha ido de la mano de un, cómo llamarlo, desastre, inconveniente, handicap. La teoría de la relatividad, , los fertilizantes, la máquina de vapor, los transgénicos, la pólvora, la radiactividad, los antibióticos,  y no se cuántos avances científicos y tecnológicos más que han contribuido al progreso de la humanidad. Pero sin dudar un momento, relaciono cada uno de ellos con una contrapartida que hacen que su áurea milagrosa desaparezca más rápido de lo que dura un parpadeo.
Pero tranquilo, me digo, pues hay comités éticos que dilucidan si se hace un buen uso o no de esos nuevos hallazgos, de esas nuevas tecnologías que nos trae el progreso. Claro que, continuo diciéndome, esos comités éticos cómo sabemos que son totalmente imparciales. ¿No son humanos sus componentes y por tanto, vulnerables y proclives al error como cualquier mortal más?¿Quién garantiza que sus decisiones sean las más acertadas?
Voy perdiendo fuelle y me desanimo: seré incapaz de encontrar un respuesta. Debe ser que es imposible que todo vaya bien. Imposible que el progreso científico sea limpio, ético, seguro, justo. Aunque sea ésta su intención. Pero tampoco podemos frenarnos y volver a la edad media. La condición humana debe tener estas cosas. Así que, me digo para tranquilizarme, adelante con descifrar el genoma y prevenir y curar enfermedades. Arrepintámonos de hacer cosas, no de dejar de hacerlas. Ya encontraremos solución a los males que vamos generando por el camino mientras avanzamos por la senda del progreso y la prosperidad. Me quedo sorprendido de mí mismo: pues menuda conclusión saco de todo este embrollo. Y me quedo tan ancho.