miércoles, 9 de abril de 2014

El bate de béisbol

¿Para qué sirve un bate de béisbol? Para batear, diréis y pensaréis que vaya pregunta tan idiota os acabo de hacer. Correcto: el bate de béisbol sirve para arrearle a la pelota que te han lanzado cuando estás jugando al béisbol. Para eso es para lo que fue pensado y fabricado el bate. Aunque, si os paráis a pensar, se os pueden ocurrir otros muchos usos para este utensilio, ¿verdad? Me explico: vi anoche una película, el título es irrelevante, donde la protagonista, ciega de rabia y con ganas de vengarse de un tipo muy malo, entra la casa de éste, y al ver un  bate de béisbol, lo agarra y decide arrearle sin dudarlo un instante. Supongo que en la vida real esto ha sucedido alguna que otra vez. Quiero decir, usar el bate para otra cosa que no sea jugar al béisbol ¿A que no se os pasaría por la cabeza nunca culpar al inventor del bate de béisbol de haber creado un arma peligrosa?
Pues eso es lo que algunos piensan de los científicos cuando salen a la luz estudios como el que publicó Science la semana pasada: unos investigadores habían conseguido crear el primer cromosoma (de un organismo eucariota) en el laboratorio. No tardaron en aparecer titulares como "La receta de Dios" o incluso comparaciones del hallazgo con la creación del doctor Víctor Frankestein. Argot periodístico, sí, de acuerdo. Pero con connotaciones que nada tienen que ver  con la intención de los investigadores ni ayudan a calmar a una opinión pública propensa a el alarmismo cuando se tocan estos temas.

Srinivasan Chandrasegaran junto a su equipo .(Fuente: El País)
En este punto veo necesario hacer un paréntesis para resumir en qué consistió el trabajo, reconocido ya como un hito en el campo de la biología sintética. Los organismos vivos se dividen en dos grandes grupos: los procariotas (bacterias) y los eucariotas (hongos, plantas, animales). Los primeros carecen de núcleo celular, tienen una estructura más sencilla y por tanto son más fáciles de manipular en el laboratorio. Es lo que permitió que Craig Venter pudiera fabricar en 2010 el primer organismo procariota sintético. Si aquello ya nos resultó alucinante, esta vez, el grupo de científicos europeos y estadounidenses, ha hecho algo más complicado pues ha manipulado un organismo eucariota: la levadura (Saccharomyces cerevisiae) el organismo que se encarga de fabricar la cerveza o el pan. Tanto procariotas como eucariotas contenemos en nuestras células unas estructuras llamadas cromosomas, que están hechas de ADN y contienen los genes, o lo que viene a ser lo mismo, las instrucciones para que los organismos nos podamos construir y funcionar.  La bacteria que sintetizó Venter tenía solamente un cromosoma, los humanos tenemos 46 (23 pares) y la levadura posee 16 cromosomas. Pues bien, lo que los científicos, capitaneados por el profesor Srinivasan Chandrasegaranhan conseguido es que uno de los cromosomas de la levadura (el número 3) sea sintético y no natural. Es decir, que este cromosoma no lo ha fabricado la propia célula sino que ha sido fabricado por los propios científicos (sí, ésto se puede hacer: basta coger los productos químicos adecuados, de los que está formado el ADN -bases nitrogenadas- , mezclarlos y ordenarlos de manera adecuada para que el cromosoma resultante sea funcional). Por tanto, lo que tenemos ahora es una levadura con 15 cromosomas que ha fabricado ella misma (de manera tradicional, si me permitís) y uno que ha sido fabricado por unos científicos. Resultado: el primer organismo eucariota sintético del mundo. 

Infografía de Heber Longás/El País. (Fuente: Science)

Esto, como ya han señalado los propios creadores del bichito, abre una infinidad de campos de investigación (vacunas, antibióticos, biocombustibles, técnicas para la síntesis de ADN). Y a la vez también inicia unos cuantos debates éticos (ya hay quien ha imaginado que a partir de ahora se puede pensar en la clonación de especies extinguidas como los mamuts o los neardentales). ¿Debieron poner el freno los científicos y inhibirse de crear su levadura sintética para no dar pie a usos poco aceptables? ¿Debió el inventor del bate de béisbol privarse de idear tal artilugio pensando que algún día podría ser usado para agredir en vez de para jugar a béisbol?
Pues ahí voy: dejemos que los científicos hagan su trabajo y nos traigan ideas, inventos y explicaciones. No cuestionemos sus trabajos por lo que pueda pasar. Las células madre, los transgénicos y avances en otros tantos campos de investigación suponen retos éticos porque hacen que nos planteemos lo más fundamental de nosotros mismos, del sentido de la vida, y a la vez traen consigo mejoras en nuestra calidad de vida. Dejemos actuar a los científicos; no son ellos quienes tienen que preocuparse de los usos indebidos de sus hallazgos puesto que en un principio, tal y como demuestra el experimento con la levadura, se logran movidos por la curiosidad, las ganas de saber y la mejora de la sociedad (al menos los que trabajan financiados con dinero público). Sigamos usando el bate para jugar a béisbol. Si alguien lo utiliza para otra cosa, estemos preparados para impedírselo o para hacerle entender cómo se usa realmente. Pero en ningún caso, culpemos a quien lo inventó.

La levadura (Saccharomyces cerevisiae) vista con un microscopio electrónico (Fuente: www.plantasnet.com)